La memoria esta hecha de imágenes. Recuerdos de nuestro pasado, momentos felices y tristes. Me hago esta pregunta. ¿Cuántas imágenes de nuestra memoria existen de nuestro país? Muy pocas.
Si pensamos que día a día perdemos memoria, destruimos memoria, ¿Qué le quedará entonces al futuro? Imaginemos que cualquier evento catastrófico borrara nuestro país de la faz de la tierra. ¿Qué imágenes mostraría al mundo lo que hemos sido?, Muy pocas.
Porque las imágenes son palabras. Con la cuales contamos historias. Y con ellas podemos recuperar nuestra memoria perdida, rescatar las historias de nuestros abuelos, de nuestra tierra.
Tal vez lo que más tristeza da, es que no solo hemos perdido las imágenes sino también las palabras. Ya no hay quien nos cuente historias, porque nuestros abuelos están muriendo y no hablamos con ellos, no valoramos el saber de nuestros ancestros. No valoramos el saber de aquellos que ya han caminado más por la vida.
Recordamos como en este pasado, la palabra era parte de nuestra dignidad. Ella tenia suficiente valor y con ella era suficiente pago. Pero nuestro valores han cambiado y lo material prima sobretodo precio, somos una sociedad capitalista en la que la posesión es lo que importa.
Y es esta sociedad la que nos ha llevado a perder todo lo que somos, cada día perdemos nuestra libertad, porque nos amarra con ataduras de poseer las cosas, engañándonos porque son las cosas las que nos poseen. Nos atan y no nos dejan volar, ser lo que realmente debemos ser y no ser lo que esta sociedad quiere que seamos, fachadas, modelos, ejemplos de vidas facinerosas y mentirosas. Víctimas de la publicidad que nos vende la idea de “fácil-felicidad”, pero que no hunde en la fango de las apariencias.
Así, que compañeros y amigos, los invito a una verdadera reflexión que se convierta en un viaje, un viaje de conocimiento. Este viaje tendrá un punto de partida que está en nosotros mismos, en lo que somos. Reconocernos en nuestra casa, nuestros lugares, nuestras esquinas. Enriqueciendo el saber de lo que somos.
En este encuentro se construirá un puente entre nosotros mismos y los demás, en el que debemos tener en cuenta la relación que tenemos con la naturaleza.
Porque venimos de su esencia, es ella la que nos da energía cada día, la que nos posibilita la libertad. En comunión con ella somos sus hijos. Debemos entonces respetarla, así no sea esta la idea de nuestra sociedad.
La sociedad actual necesita la explotación de todos sus recursos para enriquecer a unos pocos, la destrucción sin miseria, para enriquecer las arcas de los que no tienen alma. Porque al tener alma, nuestro espíritu siente la presencia de la naturaleza en la vida y no en la muerte.
Esta entonces es una invitación con mucho valor para deshacernos de las máscaras, de los estereotipos, de las ataduras para ser libres, amar en libertad y para dejar de un lado la comodidad de este mundo moderno por la tranquilidad, la paz de espíritu que nos da la naturaleza.